Conversando con mi hijo de 8 años, un día él me preguntó: “Mami, una persona casada puede llegar a ser santa? No cabe la duda que él se imaginó que solo los sacerdotes o religiosas que están consagrados a Dios pueden llegar a tener una plenitud de vida en la fe. Pero la verdad es que el matrimonio cristiano es una vocación divina. Dios llama a muchas personas a este estado de vida para que se santifiquen en él. Y aunque parezca difícil, el matrimonio es camino de santidad y apostolado. Entonces que significa santificarse en el matrimonio?
Eso significa poner mucho amor de Dios en todos los momentos familiares, en el trabajo y las diversiones; en las penas y en las alegrías, en la enfermedad y en la salud, en los éxitos y en los fracasos. Es decir, cumplir todas las obligaciones con la conciencia de que si agradan a Dios y que de ese modo los esposos tienen el camino previsto por Dios para ser santos y llegar al cielo.
Que medios han de poner los esposos para santificarse:
* No cegar por egoísmo las fuentes de la vida.
* Fomentar el amor entre ambos.
* Vivir la fidelidad conyugal.
* Practicar las virtudes sobrenaturales: fe, esperanza y caridad.
* Ejercitar las virtudes humanas como la alegría, la paciencia, el optimismo, la generosidad, el orden, la sinceridad, la laboriosidad, entre otras.
* Amar la cruz de cada día.
* Rezar y frecuentar los sacramentos, tales como la Confesión y la Eucaristía.
* Acercar a otras familias a Dios.
* Cuidar las cosas materiales del hogar.
Luchando cada día por vivir a plenitud esta llamada a la santidad que a todos se nos ha dado desde el Bautismo y recomenzado cuando sea necesario, si.... una persona casada puede llegar a ser santa.
