PROVIDENCE - En un ambiente de fervorosa devoción a la Virgen de la Altagracia, Patrona del pueblo dominicano, el Obispo James Ruggieri ofreció una Misa en la Catedral San Pedro y San Pablo, en Providence, Rhode Island, donde feligreses de distintas parroquias dieron testimonio del gran amor a la madre del Señor.
La Santa Eucaristía (precedida por el rezo del rosario), se efectuó el 21 de enero, día de la Altagracia, donde el Obispo de la Diócesis de Portland, Maine, Monseñor James Ruggieri, estuvo acompañado por el Monseñor Albert Kenney; administrador diocesano junto a los sacerdotes: Nathan Ricci, Joseph Brice, Felimón Rodriguez, Jaime García, Jairon Olmos, Robert Mosher, Bruno Shah, O.P. y David Orique, O.P. los dos últimos de Providence Collegue.
También estuvieron acompañando los Diáconos Juan Pérez, de San Miguel, Eduardo Birbuet, de San Patricio, Jose Baez de Blessed Sacrament y Vicente Caban de la Asunción.
Su Excelencia James Ruggieri, en la homilía dijo: “Una madre une a sus hijos de todos los lugares del mundo”. “Ella, nos está dirigiendo a su hijo; nuestra devoción tiene que brotar con el culto a Jesús”, él añadió.
Monseñor Ruggieri también desafió a los presentes que traigan esta devoción de la Virgen de la Altagracia a las calles, a sus hogares, a sus trabajos y den un testimonio: A Jesucristo.
Al concluir la Misa, el director del Comité Virgen de la Altagracia, José Pimentel, le otorgó una placa de reconocimiento al obispo Ruggieri.
También, agradeció la magnífica conducción del director musical Silvio Cuéllar; de igual forma, al director del Ministerio Hispano de la Diócesis de Providence, Celso Vera, por su gran colaboración. También agradeció a la Legión de María, por la organización de la Novena a la Virgen y el rezo del Rosario, a los Caballeros de Colón, por su acompañamiento en la procesión; al ministerio de Liturgia por su servicio, y a todos los miembros de la comunidad que hicieron posible esta celebración diocesana a la Virgen de la Altagracia, devoción del pueblo dominicano.
Luego de la Misa, los asistentes bajaron al sótano de la Catedral donde compartieron muy felices algunos aperitivos. Muchas personas aprovecharon el momento para saludar y tomarse fotos con el Obispo.
La ferviente devoción a la Santa Madre de Dios, bajo la advocación de la Altagracia, es muy fuerte en los dominicanos que residen en Rhode Island.
Para Altagracia Santos, esta celebración significa: “Una alegría muy especial, yo crecí con la creencia de esta belleza de mujer”.
Por su parte Ana Altagracia Vásquez expresó: “Soy una fiel seguidora y devota de la Virgen; ahora tengo la oportunidad de ir todos los días a Misa para estar más cerca de ella y su hijo”.
También Felipa Báez manifestó: “Soy una devota de ella, donde quiera que esté la virgen María, ahí estoy yo presente; es una celebración a nuestra madre del cielo que nos abraza, es mi Virgen de la Altagracia”. Concluyó.