Oradora Pro-Vida ofrece charla conmovedora promoviendo la santidad de la vida, matrimonio y dignidad de la persona humana

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PROVIDENCE - Este evento fue patrocinado por la Oficina del Ministerio diocesano de la Vida y Familia y los Caballeros de Colón como parte del 150 aniversario de la Diócesis de Providence. En una bienvenida especial, el Obispo Thomas J. Tobin dijo que el aniversario es el momento para reflexionar sobre los dones, las bendiciones y las gracias que Dios le ha dado a la iglesia durante 150 años y renovar nuestro compromiso con el Señor y con la Iglesia.
“Su presencia es muy afirmativa y estamos muy contentos de dar la bienvenida a Gloria Purvis a la diócesis hoy. Es una reconocida oradora sobre la dignidad humana y la vida humana y cómo estas cosas están unidas. Sé que hoy nos dará una maravillosa reflexión”.
Purvis pronunció una charla titulada "Nacidos y no nacidos: la integridad de la persona humana en el útero y la sociedad”. A una edad temprana, ella aprendió a vivir su fe con valentía, convirtiéndose al catolicismo cuando era niña después de muchos momentos que le cambiaron la vida. Desde entonces se ha dedicado a defender el don de la vida.
"Me enamoré de cada parte", dijo. “Siempre he tenido hambre de ser devota de la Iglesia, y si le dices 'sí' a Dios, él hace grandes cosas por ti".
Purvis compartió experiencias personales, incluidos sus propios desafíos con la fertilidad y, con el tiempo, la alegría de quedar embarazada de su hija, solo para que los médicos la alentaran a considerar el aborto por el riesgo de que su bebé naciera con discapacidades.
Sonia Morales sostuvo a su pequeño hijo en sus brazos mientras escuchaba hablar a Purvis. Su mensaje llegó de cerca cuando Morales pensó en su propia hija, conocida cariñosamente en la comunidad local y en todo el país, como "Baby Angela". Morales tenía 16 semanas de embarazo cuando los médicos le dijeron que su bebé no viviría después del nacimiento. Después de rechazar las sugerencias de abortar muchas veces, Morales la llevó a término abrazando la vida y atesorando cada momento que tuvieron con Baby Angela hasta que murió a la edad de 3 años y 8 meses de anencefalia.
“Me gustó mucho su charla sobre el respeto a toda la vida humana, nacidos y por nacer, y especialmente cuando mencionó a los bebés con discapacidad y me acordé de mi hija Ángela. Sus palabras también fueron muy reconfortantes porque sé que tenemos que defender toda la vida. No importa cuán enfermas o cuán corta sea su vida. Tenemos que defenderlos. No me arrepiento de haberlo hecho porque sabemos que hicimos absolutamente todo para apoyarla".
Purvis también abordó el pecado del racismo en la sociedad y en la Iglesia Católica. “Eso es un ataque contra la dignidad de la persona humana”, dijo. “Cada uno de nosotros tiene un ancestro común en Dios y por eso todos somos hermanos y hermanas, somos una sola familia humana. Ese vínculo común que tenemos debe motivarnos a amarnos unos a otros y a trabajar por el bien común de todos.
“Necesitamos ser conscientes de las cosas que rompen los lazos de la familia humana”, agregó. "Conocemos la eutanasia, conocemos el aborto, pero ¿hemos pensado en el racismo?" Purvis explicó que los ataques a la persona humana tienen mucho que ver con que pensemos que sabemos más que Dios.