La Imitación de Cristo

No cancele su suscripción a Dios

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Yo casi no hago mis compras en línea. No me gusta y no soy muy bueno para eso. Lo que pasa es que me terminan enviando algo diferente a lo que ordené. Por eso prefiero ir en persona a hacer mis compras.
Una de las cosas por las que no me gusta comprar en línea es porque una vez uno compra algo, como ya tienen tu correo electrónico, te persiguen como un panal de abejas. Regularmente, a veces a diario te mandan tantas ofertas de tantas cosas que tú ni siquiera necesitas. Por ejemplo, si tú compras una maleta en línea, empiezan a mandarte un montón de fotos de más maletas. “Acabo de comprar una”, grito a la pantalla de la computadora.
Afortunadamente si tus compras en línea solo tienes que borrarlo, y así ya no te molestan. Presionas el botón de “no suscripción” y listo. Aunque está muy claro que los vendedores no quieren que toques ese botón y hasta te preguntan, ¿estás seguro que no quieres suscribirte otra vez? Es una buena estrategia. Porque cuesta tanto subscribirte y después te dejan con un cargo de culpa si no los usas más.
Me sorprende que, en nuestra sociedad contemporánea, muchas personas se alejan de Dios. No quieren ser molestados por Dios y no están interesados en lo que él vende. Dios nos dice que obedezcamos los mandamientos para que nos mantengamos seguros y salvos. “No estamos interesados” decimos. Dios nos ofrece su ayuda cuando estamos en tiempos difíciles. “No la necesito”, respondemos. Dios está ansioso de perdonarnos nuestros pecados. “No he hecho nada malo”, decimos. Dios nos muestra el camino para ir al cielo. “No gracias, yo uso mi GPS”, decimos.
San Juan Pablo hablaba acerca de “un práctico y existente ateísmo” en esta época. Él explicaba que el hombre no niega la existencia de Dios, pero quiere vivir sin él. Él explicaba que vivimos una cultura en la cual no nos subscribimos a Dios.
San Pablo les predicaba a la gente de Atenas acerca de Dios “En él vivimos, nos movemos y existimos”. (Hechos 17:28) en otras palabras, Pablo proclamaba, necesitamos de Dios para vivir, para estar completamente vivos. Sin Dios, morimos. Sin Dios, nuestra cultura muere. Y a lo mejor esto es lo que está pasando hoy en día en nuestra nación.
Algo para pensar: Tú no puedes conectarte en línea con Dios. Tú tienes que conocerlo y amarlo en persona.