La Imitación de Cristo

El Sagrado Corazón de Jesús

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Cada año, en la primavera, después de las solemnidades de Pentecostés, la Santísima Trinidad y el Corpus Christi; la Iglesia celebra la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús, una de las devociones católicas más importantes y queridas. 

La devoción al Sagrado Corazón tiene raíces históricas, fundamentadas incluso en los escritos de los Padres de la Iglesia.  En tiempos más recientes, sin embargo, la devoción creció en popularidad con las revelaciones divinas recibidas por Santa Margarita María Alacoque que vivió en el siglo 17, revelaciones que se centraron en el Sagrado Corazón de Jesús.  Después de la muerte de Santa Margarita María, la veneración del Sagrado Corazón se extendió por toda la Iglesia y fue fijada en el calendario litúrgico por el Papa Pio IX en 1856.

El Sagrado Corazón de Jesús nos llama a arrepentirnos de nuestros pecados que causaron que el Corazón de Jesús fuera traspasado en la cruz, al tiempo que nos revela las profundidades del perdón, la misericordia y el amor de Dios.  La oración apertura para la misa del Sagrado Corazón de Jesús dice: “Concédenos que nosotros, que nos gloriamos en el corazón de tu amado Hijo y recordamos las maravillas de su amor por nosotros, seamos dignos de recibir una desbordante de gracia de esa fuente de dones celestiales”.

“Las maravillas del amor de Dios por nosotros”.  El Papa Francisco, en una homilía sobre el Sagrado Corazón, se basa en ese tema y nos dice: “No tengáis miedo de presentarle todas las intenciones de nuestra humanidad sufriente, sus miedos, sus miserias.  Que este corazón, lleno de amor por el hombre, de a todos esperanza y confianza”.  La maravillosa Letanía del Sagrado Corazón tiene peticiones que enfatizan el consuelo y el amor de Jesús.  Oramos: “Corazón de Jesús, arde de amor por nosotros…lleno de bondad y amor…paciente y lleno de misericordia…fuente de vida y santidad…fuente de todo consuelo…nuestra paz y reconciliación”.  Las peticiones de la Letanía del Sagrado Corazón son en sí mismas un tesoro de oración y reflexión.  ¿Qué significa todo esto para nosotros?  Significa que si estamos agobiados por los problemas del mundo, o por el sufrimiento personal, o por la culpa de los fracasos pasados, o por las tentaciones insidiosas de pecar, debemos  dirigirnos con confianza al Sagrado Corazón de Jesús, encontrando allí la fuente de misericordia y amor, el remedio seguro de todos nuestros males.

Algo para pensar: Si rezas la Letanía del Sagrado Corazón de Jesús, serás consolado  y elevado.