12-17 Papa: Prepárense para la Navidad sirviendo a los demás

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Papa: Prepárense para la Navidad sirviendo a los demás

Por Junno Arocho Esteves, Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Faltando poco más de una semana para la Navidad, los cristianos deben prepararse para el nacimiento de Jesús sirviendo a los necesitados en vez de centrarse en lo que les espera bajo el árbol de Navidad, dijo el papa Francisco.

"Estamos muy ocupados con todos los preparativos, con los regalos y las cosas que pasan", dijo el papa el 12 de diciembre durante su discurso del Ángelus del domingo. "¡Pero preguntémonos qué debemos hacer por Jesús y por los demás! ¿Qué debemos hacer?"

Muchos niños, junto con sus familias, llegaron a la Plaza de San Pedro con sus figuritas del niño Jesús para recibir una bendición tradicional del papa.

Asegurándoles que bendeciría sus estatuas después de rezar el Ángelus, el papa Francisco saludó a los pequeños y les pidió que llevaran "mis saludos navideños a sus abuelos y a todos sus seres queridos".

En su discurso principal, el papa reflexionó sobre la lectura dominical del Evangelio de San Lucas que recordó las multitudes de personas que, tras ser conmovidas por la predicación de San Juan Bautista, le preguntaron: "¿Qué debemos hacer?"

Su pregunta "no surge de un sentido del deber", sino por corazones que están "tocados por el Señor" y están entusiasmados por su venida.

Al igual que los preparativos que la gente hace para recibir a un invitado en su casa limpiando y preparando "la mejor cena posible", los cristianos deben hacer "lo mismo con el Señor", dijo.

El Evangelio de San Lucas, agregó el papa, también alienta a uno a preguntarse: "¿Qué debo hacer con mi vida? ¿A qué estoy llamado? ¿En qué me convertiré?"

"Al sugerir esta pregunta, el Evangelio nos recuerda algo importante: la vida tiene una tarea para nosotros. La vida no carece de sentido, no se deja al azar. ¡No! Es un regalo que el Señor nos concede, diciéndonos: Descubre quién eres y trabaja duro para hacer realidad el sueño que es tu vida".

El papa animó a los cristianos a prepararse para la Navidad preguntando continuamente a Dios qué deberían hacer por ellos mismos y por los demás para contribuir al bien de la iglesia y la sociedad.

Papa lanza proceso sinodal para discernir llamado del Espíritu Santo

Por Dennis Sadowski, Catholic News Service

Basándose en los principios rectores de su papado, el papa Francisco invitó este año a los católicos -- tanto aquellos en la corriente principal de la vida de la iglesia como aquellos en los márgenes -- a expresar sus sueños, ideas, y preocupaciones en preparación para el Sínodo de los Obispos en 2023.

La invitación del Santo Padre a discernir un camino para adelante para la iglesia se deriva de su creencia de que el Espíritu Santo inspira a todos sus miembros a ser discípulos misioneros, compartiendo creencias cristianas fundamentales al salir al mundo.

El papa inauguró formalmente el proceso sinodal en el Vaticano en un evento del 9 al 10 de octubre. El mismo fue inaugurado en diócesis en todo el mundo el 16 y 17 de octubre.

Bajo el tema "Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación, y misión", el Sumo Pontífice ha llamado a la iglesia a practicar la sinodalidad, es decir, no solo a oír sino a escucharse unos a otros en todas las facetas de la vida de la iglesia, explicaron coordinadores del esfuerzo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

La inauguración de octubre "es solo el primer paso en un proceso más amplio y a largo plazo para incorporar realmente los frutos del Vaticano II y convertirnos en una iglesia sinodal", expresó Julia McStravog, ex empleada de la USCCB que es consultora de los obispos en el proceso.

"Vamos a tener consultas. También será un proceso de aprendizaje sobre cómo participar realmente de una manera sinodal", explicó McStravog.

El lanzamiento comenzó un proceso de dos años que culminará en el Sínodo de los Obispos en octubre de 2023. Se espera que el sínodo adopte un documento final que guie el desarrollo continuo de una iglesia sinodal hacia el futuro.

El llamado del Sumo Pontífice a la sinodalidad tiene sus raíces en su profunda participación como cardenal en 2007, en la redacción de un documento sobre la vida de la iglesia para el CELAM, un consejo episcopal latinoamericano que se reunió en Aparecida, Brasil. El documento emitió repetidos llamados a una "misión continental", una iglesia que salga en busca de formas de anunciar el Evangelio a todos.

En la primera fase que está en marcha, las diócesis y parroquias han comenzado a convocar debates, o consultas, en las que se ha invitado a participar a personas de toda la iglesia. Estas sesiones de escucha continuarán hasta junio.

Se ha solicitado a cada diócesis enviar un informe resumido a la USCCB -- o la oficina correspondiente de la conferencia episcopal -- que tendrá hasta el 15 de agosto para presentar un informe al Sínodo de Obispos en el Vaticano.

El proceso presenta oportunidades para dar la bienvenida al Espíritu Santo para guiar las discusiones, indicó Richard Coll, director ejecutivo del Departamento de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de los obispos y quien está coordinando el esfuerzo para la USCCB.

"El Sínodo de los Obispos está diciendo que no se enfoquen en cuál será el producto final. Concéntrese en el proceso en sí y en cómo el Espíritu guiará a la iglesia, representada, en parte, a través de la subsidiariedad en el trabajo que están haciendo a nivel diocesano", señaló Coll.

Las consultas diocesanas también son una invitación a la creatividad, agregó McStravog.

"Este es un momento para ser co-creadores con el Espíritu . . . Es una oportunidad para revitalizar una comunidad comprometida a través de la creatividad y el llamado a estar abierto. Existe la oportunidad de reafirmar lo bueno y re imaginar algunas cosas que podrían ser mejores", ella explicó.

El obispo Daniel E. Flores de Brownsville, Texas, reiteró la invitación del papa a la creatividad mientras se dirigía los obispos en su asamblea general de otoño en Baltimore en noviembre.

"Nadie carece de importancia en este tiempo de escucha", acotó, animando a los obispos a recordar que la primera fase del proceso debe implicar la participación de toda la iglesia, "escuchando juntos, orando juntos, discerniendo juntos" la voz del Santo Espíritu.

"El papa Francisco nos ha pedido que invitemos a la gente, que escuchemos a la gente, incluyendo aquellos que no se presentan en nuestras parroquias", dijo el obispo Flores, quien, al concluir la asamblea, comenzó un mandato de tres años como presidente del Comité de Doctrina de los obispos.

Organización llama atención a migrantes 'desaparecidos'

Por Rhina Guidos, Catholic News Service

WASHINGTON (CNS) -- Muchas familias de aquellos migrantes que han salido de su país y después han sido clasificados como "desaparecidos", porque no se sabe dónde están, saben que es probable que han muerto durante el viaje migratorio.

Ahora, la Organización Internacional para las Migraciones, a través del Proyecto Migrantes Desaparecidos, quiere alumbrar la difícil situación de las familias que buscan a sus seres queridos, así como la magnitud de las muertes de migrantes.

Desde 2014, el proyecto ha registrado 45,427 migrantes desaparecidos, solo una fracción de "incidentes en los que migrantes, incluyendo refugiados y solicitantes de asilo, han muerto en las fronteras estatales o en el proceso de migrar a un destino internacional".

"Detrás de cada muerte hay una familia -- una madre, un padre, un hermano -- en busca de respuestas . . . sufren una profunda agonía por sus seres queridos muertos y que (aun) están desaparecidos", expresó Rudi Maxwald, oficial superior regional de enlace y política de la Organización Internacional para las Migraciones, en un seminario web el 7 de diciembre, que se centró en las muertes y desapariciones en las rutas migratorias en América Central y América del Norte.

"Muchos de ellos nunca tendrán la certeza de lo que les pasó, ni recibirán sus restos. Son tragedias humanas inimaginables que afectarán a miles de familias de migrantes el resto de sus vidas", acotó.

Julia Black, oficial de proyecto de la organización, señaló que dicho proyecto ha registrado a más de 5,700 personas que han perdido la vida en viajes migratorios en las Américas desde 2014, incluyendo a más de 1,000 personas en 2021.

Aunque algunos de ellos son clasificados como "desaparecidos", es importante entender, indicó Black, que desaparecidos, en este contexto, generalmente significa "que una persona ha muerto en el proceso de migración internacional o ha desaparecido, generalmente en el mar, o se presume que están muertos".

Algunos han muerto durante el viaje migratorio por exposición al frío, falta de comida o agua, ahogamiento, accidentes en rutas de transporte peligrosas, violencia encontrada en el camino, o al enfermarse y no tener acceso a atención médica durante el viaje, entre algunas de las razones, dijo Maxwald.

Edwin Viales del Proyecto Migrantes Desaparecidos dijo que la organización está observando movimientos de personas de América del Sur y Central, pero ha habido muchos "naufragios invisibles" de los que no tienen información, como ciudadanos de lugares como Venezuela, Cuba, y otras naciones cercanas al Caribe que se lanzan al mar por desesperación.

El número de casos conocidos tendría que multiplicarse cuatro veces para llegar a algo que se parezca a una estimación real, señaló.

Una historia navideña en la frontera: Las familias santas entre nosotros

Por Hermana Norma Pimentel, MJ, Catholic News Service

En esta temporada de Adviento y Navidad, mientras reflexionamos sobre la Sagrada Familia y su apresurada partida a Egipto, huyendo de Herodes, podemos mirar más de cerca y observar a aquellos que huyen de otros peligros.

Muchos de nosotros podemos identificarnos con la apresurada partida de la Sagrada Familia. Otros están lidiando con la soledad, el aislamiento, el miedo, el abandono, las disputas familiares, el rechazo. La lista es larga.

Yo pienso en las miles de familias que emigran a Estados Unidos. Más recientemente, en una de mis visitas diarias a la Plaza de las Américas en Reynosa, México -- al otro lado del Río Bravo -- me senté a charlar con una mujer y un joven que descansaban en un banco ubicado frente a los orinales. No podía entender cómo esta mujer y este joven podían sentarse junto al hedor. Cuando les pregunté por qué no buscaban otro lugar para descansar, respondieron que era el único lugar donde podían sentarse juntos.

La mujer, quien tenía un pie enyesado, compartió conmigo que se fracturó la pierna mientras cruzaba el río hacia los Estados Unidos. Cuando sus pies se hundieron en el barro, ella usó la fuerza de un pie para levantar la otra pierna; fue en ese momento que sintió que se le salía.

Para permanecer con el grupo, ella luchó por cruzar el río lo mejor que pudo. Sin embargo, al final, los agentes de la Patrulla Fronteriza la devolvieron a México. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su pierna estaba fracturada y tuvo la suerte de recibir ayuda de un equipo médico.

Resulta que el joven y la mujer no eran parientes. Ellos se conocieron al coincidir en el mismo grupo que fue llevado al norte por traficantes. Addison, el joven, contó cómo se hizo amigo de la mujer, Dina. Él sintió que debía estar a su lado y ayudarla, como lo haría un hijo con una madre.

No puedo evitar ver cómo llegaron a ser una familia, a estar el uno para el otro: una madre y un hijo en un viaje huyendo de la violencia y de los Herodes de nuestro tiempo.

Me duele escuchar las historias de tantos que están luchando. Pero, continuamente, recuerdo que el Señor Jesús, a quien esperamos en Navidad, nos trae esperanza. Veo sus obras en las familias que conozco: en la madre amamantando a su hijo después de cruzar el río; en la niña de 3 años bailando en el Centro de Respiro Humanitario, regalando una sonrisa a su padre; en los voluntarios que, a diario, se dan a si mismos para ofrecer sopa y ropa. Tenga la seguridad de que la luz del Señor brilla intensamente, incluso cuando pensamos que solo hay oscuridad.

Mientras caminamos en esta peregrinación navideña, no olvidemos que hay muchos entre nosotros que están luchando: los ancianos que viven aislados; los adultos jóvenes que están tratando de encontrar su propósito; las familias jóvenes que intentan transmitir la fe y los valores a sus hijos en medio de las presiones de nuestro tiempo; y los ancianos que están solos.

Dios se encuentra con nosotros donde estemos en nuestro viaje. Nos da familias para caminar juntos, para ayudarnos los unos a otros, así como el joven y la mujer que conocí en Reynosa, que no se conocían y se convirtieron en una familia. ¿Quiénes son las familias santas hoy entre ustedes que necesitan ayuda en el camino? ¿Cómo has ayudado a alguien esta temporada navideña?

Hay que estar alerta por que se puede encontrar una Sagrada Familia cuando uno menos se espera, como hago a diario en la frontera. Que el Señor te bendiga y bendiga a tu familia y a cada encuentro con otras personas en esta Navidad.

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La hermana Pimentel es parte de la comunidad religiosa de las Misioneras de Jesús y directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande en la Diócesis de Brownsville, Texas.