LA IMITACION DE CRISTO

Sean Perfectos, Amen a sus Enemigos

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“Sean perfectos como su Padre Celestial es perfecto”. (Mateo 5:48) Existen muchos pasajes en la Biblia que son un reto, pero estas palabras de Jesús sin duda son las más importantes. Solamente el mandamiento de la perfección, en sí, es muy difícil. Después de todo ¿Quién de nosotros es perfecto o cree que algún día lo será? Yo no sé usted, pero yo cuando me miro en el espejo, no veo un reflejo de perfección. Yo veo un hombre talvez sincero, pero un hombre que lucha con sus faltas y sus fracasos cada día; un hombre que está profundamente al tanto de sus pecados, de su pasado, presente y sin duda de su futuro.

Pero el llamado a la perfección es aún más desalentador porque viene en el contexto de una instrucción de Jesús de amar a nuestros enemigos: “Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué merito tiene? (Mateo: 44-46)

“Amen a sus enemigos”. Wow. Por muchas razones eso es algo difícil. Quizá nuestros enemigos hacen cosas inmorales y terribles, cosas que nosotros personalmente nos oponemos. Quizá nuestros enemigos nos han dado la espalda, nos han olvidado, después de que nosotros nos hemos portado bien con ellos. Quizá nuestros enemigos nos han atacado personalmente con chismes y calumnias y han usado un lenguaje grosero hacia nosotros. Y aun así Jesús nos dice que amemos a nuestros enemigos.

¿Cómo vencemos nuestros instintos naturales y no odiamos a nuestros enemigos y tener algo en contra de ellos? Bueno, se requiere de usar todas las herramientas espirituales que tengamos. Necesitamos orar mucho para obtener la gracia de perdonar. Humildemente, necesitamos recordar nuestras propias faltas, pecados, y arrepentirnos de las veces que ofendimos a alguien y le hicimos daño. Necesitamos darle una mirada a la Cruz de Jesús quien murió por los justos y no justos y quien dijo en la cruz “Padre, perdónalos”. (Lucas 23-34)

Imitando a Cristo, debemos de tratar fuertemente de perdonar a los que nos han ofendido y debemos tratar de amar a nuestros enemigos. Solo así, estaremos un poquito cerca de la perfección que Jesús nos habla.

Algo para reflexionar: ¿Quién es la persona que te da más trabajo perdonar y amar?