Pareja agasajada por labor Evangelizadora

Posted

PROVIDENCE - Su esposo Franklin, convenció a María Batista a que se vinieran a vivir con sus pequeños hijos de la Republica Dominicana al estado de Rhode Island en el año 1997: a un apartamento cerca de una iglesia.

María se sentía muy triste al dejar su país cuando venía rumbo a América, sabiendo que iba a extrañar a su familia, su parroquia su sacerdote, su barrio.

Pero Franklin quería que su familia de cinco- Marlyn, Franklin Jr. (ahora estudiante de Providence College) y Jonathan (estudiante de la escuela secundaria Classical) – finalmente vivieran todos juntos, ya que él siempre tenía que estar viajando para su país para poder verlos, él trabajaba aquí para mantener a su familia pero finalmente logró traerlos a todos aquí.

“Cuando nos casamos me prometió que siempre iría a la iglesia, y lo estaba haciendo, y quería que nuestra familia estuviese unida, dice María. El me llamaba cuatro y cinco veces al día, yo creo que trabajaba solo para llamarme. Yo estaba muy comprometida en mi parroquia, con mi familia y mi carrera (ella es Bióloga de plantas) pero al mismo tiempo estaba preocupada porque Marlyn tenía asma y tenía miedo que se pusiera peor”.

Todo el tiempo María oraba y leía la Biblia.

“Abría la Biblia y leía la página que apareciera. Un día la abrí y apareció el pasaje de los Hechos de los Apóstoles y leí donde Dios le dijo a Pablo que se alistara para una misión. Yo entendí eso como una señal, quizá Dios nos estaba diciendo que la misión de nosotros estaba aquí”.

María trajo consigo su experiencia como Catequista y maestra de RICA, algo que había hecho en su parroquia por once años y comenzó a trabajar, luego se unió a la Iglesia de San Miguel. Ella y Franklin trabajan como voluntarios en el almacén de comida.

“Yo sé que todo es obra de Dios” dice Franklin cuando habla de su participación en la parroquia. “Yo le dije a María que iba ir a misa si se casaba conmigo, entonces quise aprender acerca de Dios. Yo era Católico pero no conocía a Dios”.

La fe de Franklin continuó creciendo y más cuando formó parte del equipo “Cámbiame a mi Señor” los cuales tienen dos retiros al año, y comenzó a visitar hogares durante la semana.

“Nos reunimos alrededor de 40 y 50 personas y reflexionamos acerca de que es lo que nos separa de Dios y que hacer para acercarnos más a El” Dice Franklin.

El asistió a la escuela de discipulado, un curso de tres años donde aprenden acerca de la fe Catolica y el verdadero significado de ser discípulo.

La joven Marlyn (también recibió el Premio Lumen Gentium) les acompaña a sus visitas que hacen y lleva consigo la guitarra para cantar.

“Hemos estado haciendo esto por diez años”, dice María, “rezamos el rosario, leemos el Evangelio y explicamos”.

Hoy en día María es la Directora de Educación Religiosa de la Iglesia de San Patricio.

María y Franklin han fundado su misión: Evangelización, y fueron nominados por eso en los Premios Lumen Gentium. Ellos se sienten humildemente agradecidos.

“Nuestra vida no es diferente a la de Jesús” dice ella. “Nosotros tratamos a los demás como Él lo hubiera hecho, así nos tratan a nosotros.

A Él no le dieron ningún premio, a nosotros no deberían de dárnoslo”.

Finalmente dice Franklin, “Cada día tengo que aprender más acerca de Dios, y como acercar a la gente hacia Dios”.