Para religiosas, la Evangelización, es una prioridad

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PROVIDENCE - La hermana Lilian Carapia suavemente besa la pequeña cruz de madera, la pone en su corazón, y cierra los ojos para orar. La cruz es un regalo de bienvenida que el Obispo de Providence hizo a las hermanas.

La hermana Carapia junto a la hermana Leticia Aguilar y la hermana Virginia Arellano, llegaron desde México al estado de Rhode Island la semana pasada, ellas vivirán en el convento de la Catedral de San Pedro y San Pablo por los próximos tres años, ellas estarán sirviendo la comunidad de Providence, incluyendo la parroquia del Santísimo Sacramento, El Espiritu Santo y aquí mismo donde van a vivir.

“Esta será nuestra casa y nuestra familia”. Dijo la hermana Carapia, quien viene de la ciudad de México y la hermana Aguilar y Arellano vienen de las ciudades de Guanajuato y Zihuatanejo respectivamente.

Las hermanas pertenecen a la orden Misioneros Servidores de la Palabra, una orden Mexicana que se especializa en la Evangelización en comunidades latinas a través de visitas de casa en casa. También tienen retiros, trabajar con jóvenes, familiarizarse con la lectura de la Biblia y otras iniciativas.

“Cuando vemos una familia, les informamos que somos Misioneras Católicas”, dijo la hermana Arellano. “Les ofrecemos nuestras oraciones por sus familias y les animamos para que vayan a la iglesia y se eduquen más acerca de la Biblia. Es una oportunidad para saber más de su fe Católica”.

De acuerdo al padre Jeremy Rodrigues, el Secretario Administrativo del Obispo y Director de la Oficina de Alabanza, ésta orden tiene varias comunidades en muchas partes del mundo. Aquí tienen en Massachusetts, New Hampshire, Illinois, California y ahora en Rhode Island.

“Ellas expresaron un gran interés por la diócesis porque ya tienen comunidades en New Hampshire y Boston”, dijo el padre Rodrigues, expresando que fue el padre Nolasco Tamayo quien sugirió que vinieran e hicieran un buen trabajo en la ciudad de Providence.

El invitar a las hermanas a Rhode Island también fue una respuesta a lo que el Papa Francisco dijo en su apostólica exhortación: “La alegría del Evangelio”. Un encanto para el Obispo Tobin que las hermanas vengan con las buenas intenciones de compartir el amor de Cristo el cual está basado en el Evangelio.

“Estamos muy contentos con su presencia y satisfechos porque van a llevar el mensaje de Evangelización”, dijo el obispo durante la misa que se llevó a cabo en la catedral el pasado jueves. “Tenemos una gran necesidad”.

En una entrevista separada que le hicimos al señor John Barry, Secretario de las Caridades Católicas y el Ministerio Social, también estuvo de acuerdo. Él tiene la certeza que las hermanas van ayudar mucho en la comunidad hispana a través de la Evangelización.

“Este es otro esfuerzo de la diócesis para ayudar a las parroquias a que asimilen el significado de la población Católica. Dijo el señor Barry. “Hemos tratado varios métodos por los últimos 40 años ayudando a las comunidades a que sean parte de una sola familia diocesana.

Hasta ahora las hermanas están encantadas con Rhode Island. Se están acostumbrando al frio, pero están intrigadas con la nieve.

“Es muy hermosa”, dijo la hermana Arellano, también diciendo que está muy contenta de estar haciendo lo que el papa Francisco dijo acerca de la Nueva Evangelización a través de su ministerio en el Estado Océano. “Él dijo”, “No se queden adentro. Salgan y evangelicen a la gente”.

La hermana Carapia y la hermana Aguilar admiran mucho al papa Francisco. Ellas dicen que es como un Cristo en muchas maneras.

“Él es un ejemplo de fe,” dice la hermana Carapia. “Él es un hombre de nuestro tiempo (y) para nuestro tiempo”, la hermana Aguilar lo describe como una persona de confiar y muy fiel. “Él nos da su testimonio y está siempre feliz”, dijo ella.

El Obispo Tobin se expresó muy bien del papa igual que las hermanas. El espera que ellas encuentren una atmosfera de paz y oración en el lugar que se encuentran.

“Ustedes le han entregado su alma y su corazón a Cristo. Han dejado su casa y han viajado a una tierra extraña motivadas por el amor de Cristo. Es en ese espíritu que le pedimos a Dios que las bendiga en este comienzo de trabajo entre nosotros”.

Mientras se instalan en este lugar ellas dicen que siempre se recuerdan de su familia y sus amigos allá en México. Pero ellas saben que Dios las ha enviado a ellas y a sus familiares a un lugar seguro.

“Cuando pasas la mayor parte del tiempo en la misión, no tienes tiempo de extrañar nada”, dice la hermana Agilar.