Desde el Vaticano

Papa a los sacerdotes: "salgan al mundo y sirvan con amor"

Posted

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) El sacerdote ha sido llamado para estar en medio de sus ovejas, protegiendo a su pueblo, buscando a los extraviados y siempre sirviendo a los necesitados, les dijo el papa Francisco a los sacerdotes del mundo entero.

Si el sacerdote quiere superar esos momentos inevitables de tristeza, cansancio y aburrimiento; como también, al mismo tiempo, descubrir su identidad, debe buscar la forma de salir de sí mismo para estar con Dios y su pueblo, dijo el papa en la Misa del sagrado crisma, del 17 de abril, celebrada en la basílica de San Pedro.

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) El sacerdote ha sido llamado para estar en medio de sus ovejas, protegiendo a su pueblo, buscando a los extraviados y siempre sirviendo a los necesitados, les dijo el papa Francisco a los sacerdotes del mundo entero.

Si el sacerdote quiere superar esos momentos inevitables de tristeza, cansancio y aburrimiento; como también, al mismo tiempo, descubrir su identidad, debe buscar la forma de salir de sí mismo para estar con Dios y su pueblo, dijo el papa en la Misa del sagrado crisma, del 17 de abril, celebrada en la basílica de San Pedro.

También debe de ser un servidor diligente que escucha las necesidades de su pueblo y construye una iglesia cuyas puertas siempre estén abiertas, para ofrecerles refugio a los pecadores, techo a los que carecen de hogar, consuelo a los enfermos y brindarles a los jóvenes la palabra de Dios y su gozo, dijo.

El papa Francisco bendijo los santos óleos que se usarán durante el año en el sacramento del bautismo, confirmación, ordenación y unción de los enfermos, mientras que presidía el primero de dos actos litúrgicos celebrados el Jueves Santo.

Y él mismo dirigió la renovación de los votos sacerdotales de más de 1,500 sacerdotes, obispos y cardenales, reflexionando, al mismo tiempo en el significado de ser sacerdote, en una homilía que fue más larga de lo normal.

El papa centró su plática en el significado de haber recibido la unción sacerdotal, enfatizando que el Jueves Santo fue el día en el que Jesús compartió el sacerdocio con los apóstoles, ungiéndoles “con el óleo del regocijo”.

El regocijo sacerdotal debe de buscarse en el amor de Dios y debe estar allí enraizado, para que pueda encontrarse protección en contra del demonio y mediante las oraciones dirigidas a la Virgen María, dijo.

De otra manera, el sacerdote corre el riesgo de convertirse “en el más pobre de los hombres, a menos que Jesús lo enriquezca con su pobreza; en convertirse en el más inútil servidor, a menos que Jesús lo llame su amigo; en convertirse en el más ignorante de los hombres, a menos que Jesús, pacientemente, lo instruya como lo hizo con San Pedro, el más débil de los cristianos”, a menos que Jesús le dé la fuerza en medio del rebaño, dijo el papa.

La negación de uno mismo, y la renuncia a la felicidad terrena y el darse uno mismo al prójimo quiere decir que el sacerdote “tiene que buscar el gozo que viene de Dios y del pueblo fiel de Dios. No necesita tratar de fabricárselo él mismo para sí mismo”.

Tampoco el sacerdote debe de tratar de forjar su propia identidad pues “no hay identidad, ni gozo de vida, consecuentemente, sin un activo e inquebrantable sentido de pertenecer al pueblo fiel de Dios”, dijo.

“El sacerdote que trate de encontrar su identidad sacerdotal por medio de examen de conciencia e introspección quizá no encuentre más que letreros que lo inviten a salir de sí mismo, de salir y buscar a Dios en adoración, salir hacia el pueblo y darle lo que a uno se le ha confiado”.

El pueblo de Dios “les hará sentir y gustar lo que ustedes son”, dijo.

Con su infinita compasión “por todos los pequeños y parias de este mundo, los cansados y oprimidos como ovejas sin pastor”, Jesús les hace un llamado a las personas para su ministerio, a fin de que Él pueda estar presente y trabajar “en la persona de sus sacerdotes, por el bien del pueblo”.

Como servidor atento, el sacerdote “hace que la iglesia sea una morada con las puertas abiertas, un refugio para los pecadores, casa para los que carecen de ella y viven en las calles, un lugar de cuidado amoroso para los enfermos, campamento para los jóvenes, y salón de clase para la catequesis de los menores”, dijo.

El sacerdote debe de estar en donde quiera que haya personas necesitadas o que anden en busca; debe de saber cómo escuchar y sentirse movido por Cristo para aliviar cargas con misericordia y estimular la esperanza con la caridad.