4 de abril del 2010
Domingo de Resurrección
(San Juan 20:1-9)
“El Señor ha resucitado”
Después de María Santísima, madre de Cristo, María Magdalena es popularmente mencionada en los cuatro Evangelios. Hay varios relatos donde se habla de ella y este no es la excepción. Yo me atrevo a decir que en este pasaje Evangélico el protagonista más sobresaliente aquí en estos versículos de uno al nueve, es Maria Magdalena. María Magdalena estuvo al pie de la cruz acompañando a la virgen María y a Juan, como lo narra San Mateo. Aquí nos narra como María Magdalena va de madrugada al sepulcro, el primer día de la semana, o sea el domingo y encuentra el sepulcro vacío, ella permanece sola rehusándose a creer que todo ha terminado ahí, ella se queda un poco mas esperando con la esperanza que algo sobre natural suceda. María Magdalena va y anuncia lo sucedido a los apóstoles, convirtiéndose en la primera evangelizadora de Jesús resucitado. Vemos como el papel de las mujeres es tan vital en el plan Evangelizador. María Santísima la primera Evangelizadora y María Magdalena la primera después de la resurrección de Jesús.
Reflexión: La resurrección de Jesús es la alegría y el verdadero sentido del Cristiano, porque Cristo venció a la muerte para darnos vida nueva. Imitemos a María Magdalena y seremos testigos de la resurrección de Cristo.
11 de abril del 2010
II Domingo de Pascua
(San Juan 20:19-31)
“La autoridad de Jesús dada a la Iglesia”
Sobre todo en este tiempo que estamos viviendo, aunque vemos mas iglesias que supermercados, queremos dejarles saber a todos ustedes queridos lectores, que Jesús solamente ha dejado una sola Iglesia. A esta Iglesia Católica le ha dejado la plena autoridad de atar y desatar. La voluntad de Jesús fue que se difundiera esta gran noticia de su resurrección hasta los confines de la tierra. Jesús se asegura que sus discípulos sean los primeros en creer esta gran realidad siendo testigos oculares, pero también creyendo sin haber visto. A Tomás le dice Jesús: “Porque me has visto crees, pero dichosos los que sin haberme visto creen”. Jesús sabía que muchos no iban a creer si no hubiera un grupo de fieles testigos que con sabiduría, riesgo, amor y fe nos trajeran ese mensaje de esperanza. La Iglesia cuyo oficio es ejercer esa misión también nos invita a todos nosotros los bautizados a que fielmente creamos en que Jesús ha resucitado de entre los muertos, subió al cielo y de nuevo vendrá.
Reflexión: Hermanos/as la Iglesia está para ejercer la misión Evangelizadora, pero también tiene la autoridad de Cristo para que seamos fieles a cumplir la voluntad de Dios a través de los Sacramentos y sus enseñanzas.
18 de abril del 2010
III domingo de Pascua
(San Juan 21:1-19)
“El legado de Pedro”
Muy brevemente miremos cuan importante es para nosotros saber que Jesús ha fundado su Iglesia solidamente y ha puesto en una persona la responsabilidad de dirigirla. Se calcula que en este tiempo se hablan algunos 6,700 idiomas y esto nos da la idea del sin numero de culturas que nos rodean. Al ver esta realidad, podemos pensar en la ardua tarea de la Iglesia por ejercer el ministerio de Jesucristo. Esta Iglesia ha recibido con amor, compromiso y sumisión el deseo de Cristo de continuar la misión de llevar el kerigma mesiánico hasta los confines de la tierra, el mismo que comenzó aquel día con el legado de Pedro y llevado a la acción como nos lo narran los Hechos de los Apóstoles. La Iglesia Católica no ha dejado de mostrar la gran apertura por llegar a toda la diversidad de culturas, pueblos y razas para que se congreguen a Cristo Jesús. Los grandes concilios y sínodos han continuado abriendo ventanas para que entre cada vez el aire fresco del Espíritu Santo y renueve cada día el compromiso de Cristo con su Iglesia.
Reflexión: Hermano/a tu y yo somos parte activa de este legado, el Papa, los obispos, presbíteros, religiosos/as diáconos y laicos componemos esta Iglesia de Jesucristo, por lo tanto seamos todos responsables de cumplir siempre nuestra misión con amor, usando los talentos que Dios nos dio.
25 de abril 2010
IV Domingo de Pascua
(San Juan 10:27-30)
“Conocimiento mutuo”
Jesús manifiesta que entre el Cristiano, El y Dios hay una unidad muy estrecha, porque dice: “mis ovejas conocen mi voz y yo las conozco a ellas”, luego replica: “Mi Padre y yo somos una misma cosa”. El amor que manifestamos tener por Jesús, traducido en esa unidad íntima donde nos llegamos a sentir mas identificados con el, lo podemos encontrar en la comunión. Cuando recibimos a Jesús en la Eucaristía nos hacemos uno con el, es aquí donde El nos conoce y nosotros lo podemos llegar a conocer mas profundamente. Repetir las pa-labras pronunciadas por Jesús en la última cena tiene el poder de hacer presente a Jesús en la eucaristía. Igualmente la oración constante nos va adentrando más, en conocer a más a Dios. Cuanto mas conversamos con El, mas se va creando esa unión só-lida, hasta el punto en que tal vez ya ni las palabras se lleguen a necesitar, solo la presencia y la contemplación intuyendo que ya hay un conocimiento mutuo que está constituido por un amor sólido.
Reflexión: La dimensión trinitaria siempre será conocida de manera imperfecta, pero San Pablo argumenta que cuando muramos veremos al Señor tal cual es El. Mientras tanto comencemos desde ya a conocerlo de manera imparcial, para que en aquel día el Señor nos conozca a nosotros y nosotros a El.
