SIN LUGAR A DUDAS

En la escala del 1 al 10 ¿Qué tan positiva o negativa es su actitud?

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Mantenga sus pensamientos positivos porque se pueden convertir en palabras, mantenga sus palabras positivas porque se pueden convertir en su conducta. Mantenga una conducta positiva porque se puede convertir en un hábito. Mantenga sus hábitos positivos porque se pueden convertir en valores. Mantenga sus valores positivos porque se pueden convertir en su destino. (Mahatma Gandhi)

No hace mucho estaba parado en la parte atrás de una iglesia esperando que llegaran los estudiantes que iban a ser confirmados. Mientras esperaba, me puse a leer uno de los boletines que estaban allí con información y uno de ellos decía: “Como sentirse positivo en medio de gente negativa”.

“Esto es un buen tópico”, pensé a mí mismo y me guardé dos de estos boletines informativos debajo de mi alba. El boletín hacía la siguiente observación: “No importa que nos esforcemos en mantener una actitud positiva en la vida cuando estamos en medio de tanta gente negativa. Siempre están allí- cerca de nuestro trabajo, de nuestra casa, de nuestra familia, durante la cena de acción de gracias, en los que van a la playa, cuando vamos al juego de las pequeñas ligas, y en el internet.

El boletín también hace una lista de sugerencias para lidiar con gente negativa como: “No tome las cosas personalmente: sea agradecido con las cosas que tiene: vea los retos como si fueran oportunidades”.

El consejo ayuda pero vamos a ser francos- todos nos enfrentamos con gente negativa y es difícil mantener una actitud positiva. Existen personas que parece que no son felices si son felices. Todo a su alrededor se caracteriza en negativismo, pensamientos negativos y palabras negativas. Ellos critican y se quejan de todo, ¡todo el tiempo! Viven en un mundo donde nunca escuchan palabras de aliento.

Una persona negativa ve el vaso de agua siempre a la mitad, nunca lo ve lleno y se queja de que el vaso es muy pequeño. Se levanta en la mañana y no dice: “Dios, buenos días” y por la noche solo dice “Gracias a Dios se acabó el día”.

Desafortunadamente su negativismo no solo se queda con ellos sino que se riega y se extiende a otras personas como una enfermedad contagiosa. Una persona negativa puede estropear una reunión importante, una fiesta de cocteles, una reunión familiar, aun, un simple viaje a la tienda. Estas personas son como la mala yerba en un jardín, como una mosca en la sopa, o como si lloviera un cuatro de julio. Prácticamente le hacen la vida imposible a todo el que tienen a su alrededor.

Ustedes han escuchado cuando alguien dice: “El cuarto se ilumina cuando alguien llega” ustedes probablemente conocen gente así, que a uno le encanta estar con ellos, todo lo opuesto a la gente negativa que, ¡es cuando se van que se ilumina el cuarto!

Es un rasgo humano no-atractivo, estar con una actitud así todo el tiempo y las cosas no concuerdan en una persona Cristiana que tiene que dar un buen testimonio de su fe y su esperanza en el Señor. Las escrituras, el Antiguo Testamento y el Nuevo, están llenos de consejos para nosotros, debemos de estar siempre contentos. Por ejemplo: “Buenos, festejen al Señor, pues los justos le deben alabar” (Salmo 33-1) y San Pablo nos dice: “Estén siempre alegres en el Señor, se los repito, estén alegres y tengan buen trato con todos” (Filipenses 4:4) lo escuchamos de los labios de Jesús mismo: “Yo les he dicho esto para que su alegría permanezca en ustedes y sean completos”. (jn. 15:11)

La gente que siempre es negativa y le gusta la crítica, me parece a mí que no reconocen la presencia y la providencia de Dios en su vida diaria. A resumidas cuentas es falta de fe. Sin ir más lejos, si los cristianos están supuestos a tener una actitud positiva y estar siempre alegres, con más razón los diáconos, sacerdotes y obispos quienes están llamados a predicar la Buena Nueva. Yo no sé cómo un predicador que tiene una nube toxica bajo su cabeza, puede pararse en un pulpito y proclamar la Buena Nueva de Jesús con un sentido de convicción.

Yo creo que aquí es donde el Papa Francisco se refiere cuando dice : “Un evangelizador no debe lucir como si viniera de un funeral. ...Que el mundo de hoy en día, reciba las buenas noticias no de personas impacientes, ansiosas y descontroladas, sino de ministros que brillan con fervor y han recibido la alegría de Cristo”. (EG.#10)

Entonces, nosotros diáconos, sacerdotes y obispos debemos hacer un serio examen de conciencia. ¿Vivimos y predicamos como personas que han sido transformadas por la alegría de Cristo? ¿Brillamos con el fervor de la Buena Nueva? ¿O muchas veces somos negativos, criticones y tenemos una pésima actitud?

Pero, es un buen ejercicio también para usted querido lector. Hágase esa pregunta del 1 al 10, ¿en qué categoría cae usted? Si tiene el número más alto, hay que trabajar en eso. Créame, usted va ser una persona que va a caer bien, y sobre todo va a ser testigo del gozo del Evangelio. ¡Y si este artículo lo ha irritado, definitivamente, no tiene sentido del humor!