REFLEXIONES BIBLICAS

¿Cómo esperar la llegada de Cristo?

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1 de agosto del 2010

XVIII domingo tiempo ordinario

(San Lucas 12:12-21)

“Evitar la codicia”

Jesús nos dice claramente que evitemos la codicia; la codicia es sinónimo de avaricia y el avaro solo piensa en si mismo. Bueno ojala el avaro solo pensara en si mismo, pues el que realmente piensa en si mismo también piensa en su porvenir, y en su futuro después de esta vida terrenal. Lastimosamente el avaro solo piensa en acumular riquezas para esta vida pasajera. Jesús nos dice claramente que nuestra única misión es trabajar para acumular riquezas celestiales, porque serán las únicas que abogarán por nosotros en la otra vida.

Reflexión: ¿De que le sirve a usted trabajar hasta tres o dos turnos y acumular más dinero? Si entre mas gana, mas tiene para gastar. Trabajemos el tiempo normal y démosle también su tiempo a Dios. El domingo es el día del Señor, guardémoslo solo para El, asistiendo a la iglesia, visitando un enfermo y compartiendo sanamente en familia.

8 de agosto del 2010

XIX domingo tiempo ordinario

(San Lucas 12:32-48)

“Estar preparados”

Jesús aquí nos pide que siempre estemos preparados esperando la llegada de ese encuentro definitivo con El. Pues Jesús llegará como ladrón en la noche, es decir en cualquier momento. Debemos estar preparados para nuestra muerte. También significa estar cumpliendo nuestra misión correspondiente, trabajando sin descuidar la oración. En la oración descubrimos como Dios viene a nosotros y también podemos ir entendiendo lo que El nos quiere dar. Dios con su divino poder puede sacudir en cualquier momento el universo y nosotros no debemos temer si estamos esperándolo con alegría. Su promesa es que si nos encuentra ocupados, nos dará un lugar especial.

Reflexión: Estar preparados significa practicar la justicia, practicar la caridad, la lealtad a Dios, practicar la verdad, la honestidad, la piedad, vivir la vida de fe y esperanza, pero sobre todo servir y hacer acción lo que se reza.

15 de agosto del 2010

Asunción de la Virgen María

(San Lucas 1:39-58)

“María asunta al cielo”

Hoy celebramos la fiesta de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo. Jesús nos ha ofrecido a todos llevarnos al cielo, les ofreció un lugar especial a los Apóstoles en el cielo, cuanto mas no lo podía hacer con su madre. Las personas que no creen que la virgen María fue asunta al cielo, tampoco debe creer que ellos van a ir al cielo, pues no creer en la asunción de María, es no creer en el poder de Cristo, quien subió al cielo y no quiso dejar a su madre sola aquí en la tierra. María es maravillosa y excelentísima de Dios. La Virgen María junto a su hijo Jesús nos fue a preparar a todos nosotros, su iglesia, un lugar especial para que donde ellos estén, también estemos nosotros en la Nueva creación con el nuevo Adán y la nueva Eva.

Reflexión: María sigue ocupando un lugar especialísimo en el plan divino de salvación, como madre de la Iglesia sigue preocupada por nosotros, para que lleguemos fielmente a Dios. Ella se preocupa por nuestra salvación como una verdadera madre. Amémosla mucho.

22 de agosto del 2010

XXI domingo ordinario

(San Lucas 13:22-30)

“La puerta angosta”

Jesús afirma que la entrada al Reino de Dios se hace cada vez mas estrecha precisamente porque para los judíos quienes tenían la gran oportunidad de entrar rápido a través de creer en el, muchos lo rechazaron y no creyeron en el, ni en su mensaje de salvación. Por eso dice que vendrán de oriente, del poniente y de todas partes del mundo y se convertirán, entrarán a formar parte de su iglesia y creerán en El, mientras que gran parte de los judíos no creen en El. La puerta se hace cada vez mas estrecha cuando nos damos cuenta lo que implica tener que dejar nuestra manera de pensar, de actuar y de vivir. Todos queremos salvarnos e ir juntos a Jesús. Nadie quiere sufrir y eso es obvio, sin embargo tenemos que esforzarnos por lograrlo.

Reflexión: Solemos decir que nadie puede vivir dos glorias, esa es una expresión sabia, porque la verdadera gloria solo se vivirá en Dios, pero si vale la pena sacrificarnos un poco mas, para recibir la prometida gloria eterna. Debemos de saber que si queremos llevar una vida fácil y placentera aquí, difícilmente recibiremos otra vida placentera eterna.

29 de agosto del 2010

XXII domingo ordinario

(San Lucas 14:1-14)

“Invitados a ser modestos”

Una manera de hacernos reconocer como hijos de Dios es a través de ser modestos. Jesús pone un ejemplo muy práctico que muchas veces suele suceder. Cuando nos inviten a una reunión, no seamos lo que queremos ser, el centro de atención, no ocupemos los primeros asientos, no esperemos que todos nos saluden y rindan el sombrero ante nosotros, pues lo importante no es lo que solamente se ve, sino lo que llevamos en el corazón. Nunca esperemos ser bien atendidos como los mas importantes y menos nos auto asignemos los primeros puestos, pues en la otra vida nos vamos a llevar muchas sorpresas, porque todo el que le guste ser la monedita de atención y se considere ser el mas o la mas importante, será el menos importante y quien sabe si llegará a ocupar tan siquiera el ultimo puesto.

Reflexión: La sorpresa que llevaremos será que posiblemente aquel gran funcionario, empresario, aquel sacerdote, aquel eminente predicador etc. etc. podrán ser menos delante de Dios que aquella pobre viejita que anda recogiendo latas para venderlas, pues la sencillez y la pureza de corazón tiene un gran valor para Dios.